Escuelita Zapatista

Estudiante por una semana en la Escuelita Zapatista, Chiapas, México

Estimad@s, querid@s  amig@s

De la Navidad hasta finales del año 2013 estuve estudiando en la escuelita zapatista en Chiapas, México. Más de  1000 estudiantes se habían inscrito. Llegaron de diferentes partes del país y de otros países. Algunos llegaron con familia, con niñ@s. El  23.12. empezamos los registros en la Universidad de la Tierra. El 24.12. nos distribuyeron en los 5 caracoles, centros zapatistas, y empezamos el viaje.  A mí me tocó estar en el caracol IV, en Morelia. Ya era noche cuando llegamos y estaba lloviendo. Nos juntaron cada quien con un guardián o una guardiana zapatista de comunidad indígena. Había música de baile, fiesta navideña, pero a causa de la lluvia nadie se animó a bailar. Mejor nos sentamos bajo techo en los colchones de madera en los salones dormitorios. Empezamos a conocernos con nuestros guardianes.

El día 25.12. después del desayuno de arroz, frijol, tostadas y café, nos reunimos unos 500 personas entre estudiantes y guardianes en el auditorio para empezar las clases. Empezamos con el canto del himno nacional mexicano y el himno zapatista. Luego escuchamos a l@s maestr@s, integrantes de la junta de buen gobierno. Nos hablan de los avances y dificultades en sus diferentes áreas de trabajo, salud, educación, producción, justicia… Tras un largo receso para comer,  jugar básquet, y charlar con otr@s estudiantes, nos reparten en las camionetas para salir a comunidades. Parejas y familias van juntas. Algunos tienen caminos largos, hasta de 4 horas, otros cortitos. A algunos les toca comunidad zapatista y a otros les toca estar con familias zapatistas en comunidades divididas. También para guardianes es experiencia nueva, van a lugares que no conocen todavía. En cierto modo todos somos estudiantes en esta escuelita. Algunos van a aprender el trabajo del campesinado, otros van a estudiar más con base en los libros que nos dieron. Lo común para toditos es que nos toca tener una experiencia intensa con las familias que nos reciben.

Bueno, así llegué con mi guardiana a la familia de Miguel y Maty y sus 2 hijas. Viven en las afueras de un pueblo dividido con muy pocos zapatistas. Para mí la vida del campo no es desconocido, pero es primera vez que voy de estudiante, puedo hacer muchas preguntas y aprender a trabajar con ell@s. Primera vez que voy limpiando terreno y cortando hierbas con machete, preparando huerta con azadón, cortar leña con machete y cargar la en la frente de cabeza a la casa. Hacer la tortilla sigue siendo lo más difícil para mí, salen igual de sabor pero no logro hacerlas redonditas como la mujeres de aquí. No importa, aquí aprendemos sin presión de notas, aprendemos trabajando y medio jugando, así como aprenden las hijas de la familia campesina. En las noches nos reunimos frente a la tele y limpiamos frijol. El último día hacemos caminata más larga por el lodo de las montañas para ir a cortar café y naranjas. Me impresionan las niñas que en el monte cada ratito encuentran algo que se puede comer. Las niñas prefieren el campo como su escuela de vida, y voy pensando en estos niños del llamado primer mundo… aburridos encerrados entre paredes para estudiar en grupos grandes con una su maestra o maestro. Saben bien todo relacionado a las computadoras y celulares, en cambio las niñas aquí ni logran tomarme una foto. Pero sí saben vivir en armonía con la madre tierra. Miguel y Maty no tuvieron oportunidad de ir a la escuela. No saben leer ni escribir. Pero saben trabajar la madre tierra, saben vivir sin dinero. En la cocina tienen colgado el maíz para sembrar de nuevo. Se resisten a las empresas de semillas y agrotóxicos como Monsanto. Saben valorar la libertad de la soberanía alimentaria. El problema es si viene la enfermedad, se murió la primera esposa y un hijo de Miguel por enfermedades. Otro problema son las divisiones en el pueblo. Así hay enemigos que se aprovechan cuando la casa está sola. Un día robaron gallinas, otro día cables eléctricos.

La familia está contenta trabajar y vivir en armonía con la madre tierra. Antes del levantamiento zapatista estas tierras fueron ocupadas por rancheros y terratenientes. Los campesinos trabajaron como esclavos. Muchos campesinos se juntaron a los zapatistas en el ‘94 a recuperar las tierras para sembrar alimentos. Los terratenientes se salieron, pero los partidos políticos, sectas religiosas, programas gubernamentales y otras organizaciones campesinas están dividiendo las comunidades. Así l@s zapatistas ya son  minoría en esta comunidad. A pesar de todo, de la guerra y las divisiones,  hoy en día después de 20 años en la luz pública, sigue siendo el movimiento político de  abajo y de izquierda más fuerte, organizada y desarrollada que he conocido.

El 29.12 caminamos con unos desvíos al pueblo, esperando transporte al caracol en una tienda amiga. De vuelta en el caracol empieza el intercambio con los demás estudiantes. Muchos han ido a comunidades zapatistas. Allí les dieron la bienvenida en asambleas de pueblo con baile y discursos. Aprendieron trabajos de colectivo de panadería, café, tierras y ganadería comunitaria, artesanías… Algunas de las artesanas llegaron al caracol a ofrecer sus productos en venta. Con estas ventas colectivas las compañeras ya lograron comprar 3 vacas. Otros estudiantes estuvieron, como yo, en comunidades divididas acompañando unas pocas familias. Algunos aprendieron a trabajar la tierra, cocinar con leña, hacer tortilla, cargar leña. Unos estudiaron mucho los libros que nos dieron, otros no tanto.

Seguimos con clases en el auditorio. Nos toca hacer preguntas a l@s maestr@s de la zona. Después del receso y la comida, tuvimos la oportunidad de tomar el micrófono y hablar enfrente de la asamblea sobre nuestras experiencias e impresiones en las comunidades. Este intercambio fue muy rico, porque las experiencias eran muy diversas.

En la noche hubo música y baile como clausura de la escuelita. El 30.12. viajamos de vuelta a San Cristóbal a la Universidad de la Tierra. Nos invitan a celebrar el fin del año y el 20 aniversario del levantamiento zapatista en uno de los 5 caracoles.

Estimad@s amig@s. A lo mejor ven esta carta muy romántica, una visión idealizada de la vida del indígena salvando la madre tierra, o muy a favor del zapatismo. Honestamente sí tienen razón. Pero sí en este período de estudio, en esta escuelita nuevamente aprendí que existen estos indígenas campesinos que saben y quieren vivir en armonía con sus compas, con sus familias y con la madre tierra. El reto es de crear un mundo donde quepan estos mundos y otros también. Donde podamos disfrutar algo de la vida industrializada del primer mundo, donde otros pueblos también la puedan disfrutar. Pero al mismo tiempo cuidar nuestra madre tierra y respetar y valorar al indígena, a las personas que viven en armonía. Disfrutar y valorar la riqueza de la naturaleza nosotr@s también. Pues es un gran reto, creo que lo primero será terminar la militarización que sólo trae destrucción al mundo, terminar las industrias más contaminantes. Bueno aquí termino y les dejo a su propio criterio de qué pueden hacer.

Que tengan un feliz año nuevo, salud, paz y alegría

Heike